sábado, 1 de junio de 2013

distancia

Si bien la distancia entre mis dedos y el teclado en este momento es prácticamente nula, aún así hay un abismo, un alma, un precipicio, un mundo entero que separa los cuadraditos con letras que estoy presionando de mis dedos. Aún así hay distancia, pero mi mente los siente cerca. Creo que los toco y los siento, siento el frío de su dureza y cómo se van calentando a medida que los voy palpando con más frecuencia.
En grandes rasgos mantenemos distancia por precaución para no chocar, un choque en auto te puede costar la vida, y una colisión con una persona te puede ocasionar lágrimas y otros sentimientos horribles. También es horrible mantener distancia de algo por voluntad propia, aunque lo que deseás es tenerlo muy cerca tuyo... alejarse del tabaco para no fumar más, siendo eso lo único que querés sentir en este momento. Alejarse de tu hijo porque te avergüenza que piense que sos mediocre, aunque pagarías por volver a verle el rostro. Alejarse de algunas ideas descabelladas por miedo al qué dirán, aunque te veas más feliz así.
La lejanía se traduce muchas veces en extrañamiento. Y puede llegar a pesar como mil elefantes. Las ansias de mi mente y cuerpo por volver a sentir nuevamente un simple rose, una mirada, una melodía cotidiana de su voz...(esperando, desesperando) ¿Qué tan lejos estamos de estar cerca? Desearía que sea sólo ese abismo que se traduce a centímetros... y no los tantos kilómetros que son en realidad.

adoro la teletransportación

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