miércoles, 30 de julio de 2014

¡Mi cuerpo tiembla!

Si alguien puede dejar de fumar, puede hacer cualquier cosa. Dicen por ahí que uno siempre puede hacer lo que se proponga, pero a los ex fumadores les pega diferente. De pronto se siente orgullo y cierta superioridad al ser ex fumador. Es que en realidad al ser ex de cualquier cosa se siente superioridad: cuando superás a tu ex, cuando decís que sos ex jugador de fútbol 5. Dejar, cambiar, evolucionar son palabras que esconden intrínsecamente el  período de abstinencia, que no solo se siente con sustancias adictivas sino también con personas, cosas y hasta acciones adictivas. El ser ex de algo significa haberse desprendido de algo, fuera o más allá. Se puede ser ex fan de Wanda Nara, ex-novio, ex-marido, ex-vicedirector, o hasta ex Unión Soviética... La palabra lo dice todo: se cambia el sentido de pertenencia, al decir "ex"queda abierto a otra cosa... a millones de posibilidades para luego pasar a ser ex de una nueva cosa, lugar, acción, persona o lo que sea. Hay que cerrar puertas para abrir otras dice un proverbio... se necesitan al menos dos puertas abiertas para que circule una correntada de aire, para que se sienta el aire fresco y renovado me dijiste vos. Ahí es cuando me pongo a reflexionar y caigo en un cambalache mental y pienso que cerré las puertas de aire contaminado y abrí las del aire puro... y no solo me refiero al cigarrillo...  Siento una fuerte ráfaga de aire purificado otra vez y respirar ya no cuesta, mi cuerpo tiembla al volver a encontrarse bien naturalmente. 
Si me hacés temblar es porque algo fuerte está pasando... si no es miedo entonces tiene que ser algo lindo.


domingo, 9 de junio de 2013

la palabra justa


Juan Carlos García, un hombre justo, de pasos cortitos, mocasines lustrados, un traje perfectamente calzado, corbata meticulosamente bien anudada. Soltero, empleado, de buen comer. Vivía su vida tranquilo, a su manera, disfrutando los pequeños placeres de la vida y sin sobresaltos, la atravesaba calculadamente, sin prisa. Para esto Juan Carlos tenía un secreto... Siempre medía sus palabras, lo hacía con una regla que llevaba llueva o truene consigo en su bolsillo. No hablaba ni de más ni de menos y siempre tenía las palabras justas. Todo iba tranquilamente bien en su vida, hasta que un día Juan Carlos García se encontró cara a cara con el amor, un amor deslumbrante, despampanante, desconcertante, desesperante y desbordante, un amor a mil kilómetros por hora en bicicleta en un camino sinuoso.Y ahí fue cuando la regla empezó a fallar... cada palabra que emitía no era suficiente para llamar la atención de la dama en cuestión. Era un terreno en el que él nunca había incursionado. Pese a que Jazmín -la mujer en cuestión-, era adorable y cada vez que lo veía lo saludaba con simpatía y una sonrisa de oreja a oreja, Juan Carlos nunca podría así enamorarla, no le alcanzaba con sus palabras. El Sr. García se vio obligado a recurrir a un doctor en Letras. Se dirigió al hospital fue atendido por el Dr. Saltarinni, quien al escuchar su problema, colocó su estetoscopio en el pecho de Juan Carlos y le fue indicando que diga las primeras palabras que se le vinieran a la mente. El paciente dijo todo tipo de palabras: largas, cortas, abstractas, intelectuales, felices, tristes, horrorosas y adorables. Lo que pasó fue que el  Doctor Saltarinni le dijo:
- Mirá, Juan Carlos, no te voy a mentir... tus palabras son estupendas, están perfectamente medidas, pero todas son grises.
Acto seguido el Dr. arrebató la regla de Juan Carlos y se la partió en la cara.
- Problema resuelto - dijo.
Juan Carlos aprendió que las palabras no sólo tienen medida, sino que también tienen forma, peso y color. Salió disparado fuera del hospital hacia el amor, en una cascada de palabras coloridas y con diferentes formas, todas llenas de puro sentimiento.

(O Juan Carlos se volvió a comprar una regla y a ésto le sumó una balanza y una muestra de colores de una pinturería)



(Encontrar las palabras justas es mas fácil de lo que parece, basta con escucharse a uno mismo después que la razón haya empañado y enmarañado los más puros sentimientos. Pero a veces cuesta.)

lunes, 3 de junio de 2013

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Sandra es una ama de casa excepcional. Sandra le brinda mucho cariño a sus hijos, limpia su casa para que siempre reluzca, trabaja en una rotisería, va al gimnasio, hace las compras, charla con las vecinas, juega a la lotería, y cocina como los dioses. Sandra tiene un marido al que no quiere porque es un tipo muy cerrado. El tipo cerrado un día no vino de trabajar... y al otro día tampoco apareció... y al otro tampoco... Sandra ni se preocupa porque verdaderamente no le importa si vuelve o no. Un día vienen unos policías e interrogan a Sandra por la desaparición de su marido. Sandra les dice que no sabe nada. Sus hijos comienzan a preguntar por qué su papá no vuelve y su madre se pone muy triste. 
Al mes de la misteriosa desaparición Carlos, su marido, se encuentra sentado en el living de su casa. Sandra se acerca rápidamente a punto de estallar de los nervios a preguntarle cómo había llegado allí y dónde había estado. Carlos no contesta ni una palabra e ignora completamente a Sandra. Al rato se levanta del sillón, recoge un frasco, va al patio, se arrodilla y comienza a levantar piedras buscando algo. Carlos junta un montón de bichos bolita, los lava cuidadosamente, los escurre, abre la heladera, agarra discos de empanada y comienza a rellenar las empanadas con los bichos bolitas y tomate. Las pone en el horno a una temperatura de 180º y se queda mirando fijamente al horno impaciente, mientras su esposa lo mira extrañado. Carlos abre el horno después de 20 minutos, pone la mesa, apaga las luces, prende las velas, pone un disco de música lenta y la invita a Sandra a sentarse junto a él. El matrimonio devora las empanadas de bichos bolita y tomate mientras Carlos no para de repetir: "Sandra... Sandra... Sandra... por fin pude salir de mi escafandra". Sandra entiende de lo que habla y desde allí su matrimonio comienza a funcionar. 

Un día suena el timbre, Carlos abre la puerta y entre las penumbras se encuentra a su ex escafandra observándolo desde el umbral de la casa. Carlos la invita a pasar desconfiadamente, y Sandra la recibe angustiada. La escafandra se sienta en el sillón en donde se suele sentar Carlos, y el matrimonio se sienta uno a cada lado del invitado. La escafandra se saca la cabeza y empiezan a surgir un montón de bichos bolita de su interior, invadiendo la casa caminando rápidamente por el piso, los muebles, las paredes y el techo. Carlos y Sandra se meten en el interior de la escafandra y ésta cierra su cabeza. 
Los hijos del matrimonio siguen su vida normalmente y de vez en cuando le echan un vistazo a la escafandra en donde se encuentran sus padres, comiendo bichos bolita felizmente. "Qué tipos cerrados" dice la gente del barrio.

sábado, 1 de junio de 2013

tanta verdad

http://elblogdematina.blogspot.com.ar/2013/05/como-se-siente-una-mujer.html?spref=fb

distancia

Si bien la distancia entre mis dedos y el teclado en este momento es prácticamente nula, aún así hay un abismo, un alma, un precipicio, un mundo entero que separa los cuadraditos con letras que estoy presionando de mis dedos. Aún así hay distancia, pero mi mente los siente cerca. Creo que los toco y los siento, siento el frío de su dureza y cómo se van calentando a medida que los voy palpando con más frecuencia.
En grandes rasgos mantenemos distancia por precaución para no chocar, un choque en auto te puede costar la vida, y una colisión con una persona te puede ocasionar lágrimas y otros sentimientos horribles. También es horrible mantener distancia de algo por voluntad propia, aunque lo que deseás es tenerlo muy cerca tuyo... alejarse del tabaco para no fumar más, siendo eso lo único que querés sentir en este momento. Alejarse de tu hijo porque te avergüenza que piense que sos mediocre, aunque pagarías por volver a verle el rostro. Alejarse de algunas ideas descabelladas por miedo al qué dirán, aunque te veas más feliz así.
La lejanía se traduce muchas veces en extrañamiento. Y puede llegar a pesar como mil elefantes. Las ansias de mi mente y cuerpo por volver a sentir nuevamente un simple rose, una mirada, una melodía cotidiana de su voz...(esperando, desesperando) ¿Qué tan lejos estamos de estar cerca? Desearía que sea sólo ese abismo que se traduce a centímetros... y no los tantos kilómetros que son en realidad.

adoro la teletransportación

viernes, 31 de mayo de 2013

cuentas fáciles

Cierta gente piensa que llevar una doble vida es lo máximo ¿Quién se puede resistir a que te vean como que todo lo que hacés está bien? Es posible crear una versión alternativa de uno mismo y muchísimo mejor, lo que siempre quisiste ser pero no podés, o no te animás. No hay margen de error si se es inteligente... el arte del disimulo se va adquiriendo con práctica y nada más. 
Sin embargo, más de la mitad de la gente termina abandonando a su doble (y no convirtiéndose en su versión alternativa) porque no pueden con él. Tantas mentiras y sentimientos encontrados terminan por ser algo insoportable, agobiante. Lo del doble tiene un mecanismo de acción similar a cómo actúa la gente con un perro. Al principio todos se ofrecen para darle de comer, sacarlo a pasear y jugar con él... con el tiempo el perro termina siendo una pesadilla. Por eso hay tantos dobles y perros abandonados en la calle. Es que cuando se es dos no se puede ser uno... terminás siendo medio.

sábado, 25 de mayo de 2013

DE CULTIVOS

La importancia de un cultivo de girasoles yace en que es un hermoso paisaje y no tanto en el rendimiento económico que un chacarero puede obtener cuando coseche. Es el caso de Gastón, que cada vez que se acuerda de cuando plantó girasoles se le llenan los ojos de lágrimas. No es la primera vez que plantaba un cultivo en su campo, pero era la primera vez que lo hacía con este cultivo. Con el paso del tiempo caminó por su campo repleto de girasoles, los olió, disfrutó de las pequeñas semillas que cada una de esas plantas hacía nacer desde su cara hermosamente floreada, las tocó, caminó entre los surcos, se imaginó una persecución, corrió tan rápido como pudo, esquivando pozos, hojas y ramas que dificultaban su andar pero alimentaban su imaginación, su corazón iba cada vez más rápido y sus piernas también. Finalizó habiendo llegado hasta el límite de su plantación, donde la tierra ya no se veía cubierta por vegetación... era un barro seco, lleno de rastrojos, similar a la piel de un híbrido elefante-puercoespín del tamaño de Portugal, aunque claro que Gastón no sabía qué tan grande es ni dónde queda ese país. El joven hombre se dio vuelta y contempló nuevamente el crecimiento de las plantas, pero visto desde afuera... fue gateando, acercándose al cultivo, medio rendido y conmovido por la hermosura del paisaje, se largó a llorar entre sus girasoles que lo ignoraban, porque se sabe que ellos sólo tienen ojos para su dios... cayó al piso y observó todo desde abajo... se iba cubriendo el cielo con pétalos color amarillo que no paraban de crecer... y la luz del sol cada vez se veía menos...
Gastón nunca más plantó girasoles, ahora se le da por la soja y la cebada, porque aquel día en el que volvió su inosencia y jugó en la naturaleza como si fuese un niño, casi muere asfixiado. Lo que no se sabe es si fue porque las plantas intentaron estrangularlo, o porque fue tanta la emoción de tener un cultivo tan hermoso que casi se ahoga con su propio llanto...